martes, 7 de mayo de 2013

Dudas Razonables

Por BARBARA HERMIDA

Una película que durante 90 de sus 95 minutos de duración transcurra en una pequeña sala, no convence. Si hablamos de Henry Fonda en uno de sus papeles más brillantes, la cosa cambia.

12 hombres sin piedad nos detalla el proceso por el que un jurado decide si el acusado de un homicidio es culpable, o existen dudas razonables que puedan provocar que el individuo sea declarado inocente. Y ya no digo más de la trama -pues sería en cualquier caso, destrozar al lector la posibilidad de sorprenderse con las argucias y comentarios de estos 12 personajes- pero si hablaré muchos datos interesantes de la película.

Datos como que la película dispuso de un presupuesto de $340.000 para su realización. Es sorprendente semejante presupuesto dado que durante la mayor parte de la película, la acción trascurre en un mismo escenario, y no es más que una pequeña sala, con una mesa y un ventilador, que, encima, no funciona.
A pesar de este escandaloso presupuesto, la película fue un rotundo fracaso en taquilla; tal vez la poca acción y el resumen inicial del filme no fueron necesarios para que la audiencia de 1957 la diese por válida.

Quien si la valoró fue la Academia de Hollywood, que la nominó a los premios a mejor película, mejor director y mejor guión adaptado (pues la película, en realidad, está basada en la novela homónima de Reginald Rose). Eso si, a pesar de que la película no consiguiese ninguna estatuilla, Henry Fonda si fue merecedor el premio BAFTA a mejor actor extranjero.

Pero esta película esconde mucho más que una buena historia de deducciones y acertijos. Esconde, en realidad, 12 personalidades humanas, 12 modos del ser del hombre en cada momento; la actuación de cada tipo de persona en una circunstancia común: nos encontramos con el temeroso, con el egoísta, con el contradictorio, con el tímido... y todos ellos caracterizados por unos actores sin experiencia en el mundo del cine, aunque sí muy queridos en la pequeña pantalla.

En  España, esta película fue versionada en 1983 por "Estudio 1", dirigida por Gustavo Pérez Puig y protagonizada por grandes actores españoles del momento como Jesús Puente o Pedro Osinaga. El esfuerzo es bueno y se nota la intención; pero estar a la sombra de Henry Fonda y el Reparto elegido por Sydney Lumet es demasiada sombra para la versión española.

En definitiva, un Henry Fonda que captura al espectador desde el primer momento con su mirada. Un director y unos actores secundarios novatos en la gran pantalla pero que rozan la excelencia.
Y una trama de esas que engancha, que nos hace pensar, filosofar... y ante todo, una película de esas que hacen que uno sea culpable de amar el cine clásico.



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