Por GUILLER VERDÍN
La última película de Pedro Almodóvar se nos presenta como su vuelta a la comedia, a la comedia más absurda. Una cinta de carcajada fácil y de puro entretenimiento pese a tener ciertas escenas sobrantes, de muy poco peso para la historia y que la hace perder ritmo. Los Amantes Pasajeros es una historia grotesca de esas que hacen sentir incómodo al espectador en su butaca y que son tan propias del encumbrado director manchego.
De guión suelto y acertado en algunos chistes pero pobre y repetitivo, obcecado en el recuso erótico-sexual. Con grandes interpretaciones del trío protagonista y muy mediocres de algún secundario, Almodóvar acierta al elegir a Cámara, Arévalo y Areces, los tres actores cómicos más en boga del momento, que han sabido acoplarse entre sí perfectamente. Los Amantes Pasajeros es un auténtico auto-homenaje, que bien podría titularse Locazas al borde de un ataque de nervios.
Media estrella sobre cinco.
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