jueves, 19 de septiembre de 2013

RIDDICK

POR JOAQUÍN RODRÍGUEZ


Vin Diesel saltó al estrellato gracias a 'Pitch Black'. En aquella película, el actor encarnaba a un asesino oscuro y misterioso que ayudaba a los supervivientes de un vuelo espacial accidentado en un planeta aparentemente desierto. Trece años después, se estrena 'Riddick', tercera entrega de la saga basada en este personaje, y que pese a las expectativas levantadas por los tráilers publicitarios, decepciona por su falta de inventiva.

La historia es sorprendentemente parecida a la primera película, en la que hay cazarrecompensas galácticos, un antihéroe y peligrosos monstruos. La similitud de escenas, como el Riddick encadenado y desafiante frente a sus captores, y el parecido entre las luchas cuerpo a cuerpo del poderoso furiano contra monstruos de muy mal aspecto, son algunos de los puntos débiles de la cinta, por repetitivos.


Otro fallo clamoroso es el hilarante papel del cazarrecompensas Santana, que pasa rápidamente de ser un cruel villano que quiere "llevarse la cabeza de Riddick en una caja de cristal", hasta convertirse en un personaje lastimero, cobarde y sin hechuras de malvado; flaco favor del guión para la carrera del actor español Jordi Mollá. En el plano femenino, la trama pierde la oportunidad de una compañera de viaje para el fugitivo de ojos grises. Nada más empezar el film, muere una prisionera de Santana que hubiera dado color a la cinta. El resto de papeles son irrelevantes, muestra de ello son los insustanciales diálogos de otros cazarrecompensas, entre ellos los personajes interpretados por Katee Sackhoff, de Matthew Nable y del conocido luchador de wrestling 'Batista'.

Sin embargo, no todo es malo, los efectos especiales destacan al recrear un planeta desierto, donde se desarrolla este Western Galáctico. También sobresalen los movimientos de las especies alienígenas de este yermo páramo, como el 'perro' de nuestro héroe, que protagoniza los mejores momentos del film, y la suerte de 'Aliens' con cola de escorpión, que atemorizan a los personajes. En la primera parte de la cinta, Riddick saca su lado salvaje para sobrevivir en un lugar plagado de peligros, como si fuese un Robinson Crusoe más moderno y violento.


La trama es simple y efectiva, héroe imbatible, monstruos y villanos. Una combinación que hace disfrutar del cine de ciencia ficción, pero que pierde la ocasión de mostrarnos más sobre el mundo de Riddick: Su vida en el Planeta Furia o por qué sus ojos pueden ver en la oscuridad. Además, se pierde así la oportunidad de continuar la historia de Riddick al frente de los despiadados Necróferos, en la que la diversidad de mundos por conquistar y la particular filosofía del "eres dueño de lo que matas", daría mucho que hablar.




Nota final: 6.

Publicado por Joaquín Rodríguez el 19 de septiembre de 2013.

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